PUNTO MUERTO en un carril de sentido único

Luna Teatral: Punto muerto en un carril de sentido único de Judit Gutiérrez

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Luna Teatral: Punto muerto en un carril de sentido único de Judit Gutiérrez

Una inquietud

¿Puede sostenerse una obra de teatro cuya anecdota le pertenece al espectador y no al espectaculo?
¿Cuantas historias se pueden contar sin contar ninguna?

Las preguntas

Pregunta en ensayo: Pero ¿Qué hay ahí? ¿Qué tengo que imaginarme?
Respuesta: Nada. (Y ahora pienso: no hay nada, pero imaginate lo que quieras que haya. Así funciona el deseo. No sobre lo que realmente hay, sino sobre la imagen que nos hacemos de esa realidad que desconocemos).
Pregunta en ensayo: ¿Por qué directamente no voy, llego hasta eso que quiero conocer, que está ahí nomás a pocos pasos del escenario?
Respuesta en en ensayo: Yo tengo un gato. Lo crié de chiquito. No está castrado. Sin embargo, cuando abro la puerta de calle, no sale. Se queda en el vano de la puerta unos segundos y luego retrocede. Podría cruzar la puerta, pero no lo hace. Tiene la calle a pocos pasos y no va. ¿Por qué?

anotá

"En tanto se piensa con palabras, la Idea no precede a su expresión; es un producto posterior, una cualidad emergente de una estrategia discursiva”.

Eduardo del Estal: filosofía y teatro argentino

Por Jorge Dubatti

Solo tengo preguntas.

La obra selecciona? son los actores los que la elijen? Existe la selección natural o son los sujetos los que van marcando el camino? Hay en el teatro un tal para cual, un roto para un descosido, un muerto para un degollado?
Sólo tengo preguntas, lo que ensayo son respuestas; respuestas que devienen en nuevas preguntas.
¿No entiendo?

PUNTO MUERTO. Obra en construcción

Lo que hacemos es teatro independiente, y estamos creando en el off del off.
¿Cuál es nuestro público? ¿A quién queremos hablarle? ¿Cómo llegamos hasta él?
¿Somos capaces de comunicarles lo que queremos decir?

 

"Por ejemplo, en un curso, alguien sugirió el teatro francés como tema. Los participantes, en su mayoría actores profesionales o aficionados, no estaban muy entusiasmados con esa idea. Entonces en la construcción del modelo, propusieron imágenes bastante negativas. Alguien mirándose el ombligo; otro intentando besarse el culo; un tercero que intentaba localizar a alguien (probablemente un espectador) con prismáticos ; un cuarto contando su calderilla; un quinto bostezando; un sexto durmiendo, etc. ¡En resumen, no estaban felices! En la primera dinamización no ocurrió nada sorprendente (...) En la segunda, en cambio ocurrió algo de verdad impactante. Todas las imágenes que, de una u otra forma, simbolizaban a los artistas, entraron en contacto entre sí, pero ninguna se aproximó a los que representaban al público, que a su vez continuaba en un rincón bostezando y murmurando".

Augusto Boal

Teatro de la imagen

Juegos para actores y no actores.