"Es que, para los opresores, la persona humana son sólo ellos. Los otros son objetos, cosas. Para ellos solamente hay un derecho, su derecho de vivir en paz, frente al derecho de sobrevivir que tal vez ni siquiera reconocen, sino solamente admiten a los oprimidos. Y esto, porque en última instancia, es preciso que los oprimidos existan para que ellos existan y sean generosos.
Esta manera de proceder así, este modo de comprender al mundo y a los hombres (que necesariamente los lleva a reaccionar contra la instalación de un nuevo poder) se explica, como ya señalamos en la experiencia en la que se constituyen como clase dominadora.(...)
Por otro lado existe, en cierto momento de la experiencia existencial de los oprimidos, una atracción irresistible por el opresor. Por sus patrones de vida, participar de estos patrones constituye una aspiración incontenible. En su enajenación quieren, a toda costa, parecerse al opresor, imitarlo, seguirlo. Esto se verifica, sobre todo en los oprimidos de los estratos medios, cuyo anhelo es llegar a ser iguales al "hombre ilustre" de la denominada clase superior."
Pedagogía del oprimido
Paulo Freire
Dios Desnudo tiene mucho de esto, experimentamos desde los roles, estableciendo una jerarquía piramidal y la relación nació tal y como podemos observarla a diario (si es que queremos mirar, realmente mirar).
Ahora este libro es compañero de la siguiente obra. Sigo dando vueltas sobre el mismo tema, creo que desde niña. Otros, indudablemente lo han visto mejor que yo.
¿Que digo? Que hay que leer a Freire y Augusto Boal para seguir pensando en esto y por otro lado, hay que salir a concretar esos pensamientos, convertirlos en acción (la vida y el teatro comparten el mismo secreto).
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